Los chicos se batieron como nos tienen acostumbrados, contra un rival directo en la clasificación. Recibieron un gol de despiste en la primera o segunda jugada y les debió sonar a toque de corneta: al ataque. Se volcaron contra la portería contraria y su esfuerzo tuvo el premio merecido: Ismael controló el balón en el círculo central y colocó el balón con tal intención y potencia cerca del largero, que a pesar de la estirada del portero contrario acabó en un estupendo gol. Y muy poco después Carlos, en una jugada de auténtico «killer» del área aprovechó un balón suelto para poner el resultado por delante. A todo esto, callendo un aguacero de cuidado, con todos los chavales poniendo intensidad en cada jugada, y aguantando además lo que viene siendo bastande habitual: un arbitraje pésimo.
La segunda parte fué un quiero-y-no-puedo del Alameda, y la lástima fué que a pesar de nuestras oportunidades, no acertar a cerrar el partido con un tercer gol que hubiera evitado la incertidumbre de los minutos finales. Todas las líneas cumplieron su papel, desde nuestro portero Marcos, hasta los sufridos suplentes, que supieron animar, aguantar el chaparrón (literal), y esperar su oportunidad para ayudar al equipo. Espero que las fotos reflejen todo esto. Nos vemos en el próximo encuentro, contra Adarve, un equipo que viene pegando fuerte desde abajo y que ya demostró en la ida que realiza un buen fútbol, seguro que será muy interesante.
