Nuestros peques empezaron el partido muy despistados y descolocados en el campo, lo que favoreció las cosas al rival, que rápidamente se adelantó en el marcador aprovechando varios despistes defensivos: el equipo volvió a fallar desde el saque de portería, una de las «pesadillas» que parecíamos haber resuelto pero que habrá que trabajar más en los entrenamientos. La segunda parte fue muy distinta, nuestro equipo jugó como un equipo, como ellos lo saben hacer, creando ocasiones claras de gol por parte de Santi que al final materializó en una contra rapidísima disparando cruzado al palo derecho del portero rival. De todo el partido debemos quedarnos con la forma de celebrar el gol: todos corriendo hacia Santi formando una auténtica piña en el suelo, unos encima de otros.
Aquí no se trata de encontrar un crack que nos saque de «pobres», ni de formar auténticos atletas o futbolistas de élite. De lo que se trata es de EDUCAR y FORMAR a estos jóvenes, que se lo pasen bien y no pierdan la ilusión por bajar cada lunes y miércoles a entrenar, vayan aprendiendo poco a poco y nos muestren en cada partido su pasión por este deporte. Con eso me doy por satisfecho, de lo contrario, sería un fracaso por mi parte el no aprovechar el potencial de este maravilloso equipo (jugadores y padres incluidos) que me ha tocado entrenar. Valoro más el verles disfrutar y reir con sus compañeros que la victoria más holgada. Gracias a todos!!
Mi hijo Miguel es del Barça. Lo sé, es terrible. Se pasea por casa vestido de Messi de los pies a la cabeza, duerme con su foto debajo de la almohada, desayuna en un tazón azulgrana… Como sabe que sufro (mucho), dice que su segundo equipo es el Madrid y de vez en cuando se pone el traje de CR7 que le regalamos en su cumpleaños.
La semana pasada, después de palmar el enésimo partido, me preguntó si sabía cuál era su equipo favorito. Pues el Barça, hijo mío, como para olvidarlo. No, no es el Barça. ¿El Madrid? le pregunté, pensando que por fin había recapacitado. No, papá, mi equipo favorito es el Esperanza.
Tengo la impresión de que no estás fracasando precisamente, Alberto.
Me añado al comentario de Germán. Santi está feliz los días de entrenamiento y los de partido. Disfruta muchísimo y lo pasa genial. Sin duda, los resultados del marcador nos parecen lo de menos. Ellos son una piña y es fantástico que sepan compartir los momentos complicados y la alegría de celebrar un gol; el esfuerzo y el trabajo en equipo que se necesita para conseguirlo. Eso es lo que deben aprender y les servirá en muchas ocasiones a lo largo de su vida.
Si vale de algo a mi me ha ocurrido al reves, yo soy «cule» de siempre y cuando mi hijo Mario empezo a crecer el Madrid lo ganaba todo, liga nacional liga de campeones etc. Con sinceridad lo he llevado fatal aunque ultimamente forma parte del paisaje de mi casa las zamarras del Madrid. La conclusion a la que he llegado es que los niños ya desde pequeños solo quieren ser ganadores y obviamente estan del lado de los que funcionan en todos los medios es decir, en la actualidad el Barça aunque.. ya veremos como acaba todo esto.
Coincido con el en el cariño especial a este club especial.
Saluda a tu hijo de mi parte asi como para ti tambien.