Noticia: ¡Lección de valores!

Lección de Valores: El Entrenador ordena a su jugador fallar un penalti a propósito cuando iban empatados porque era injusto.

Colegio Aldovea, Alcobendas, Madrid. Sábado, 20 de enero. 10:30h de la mañana. Penúltimo y último se enfrentaban en la 13ª jornada del Grupo 17 de Segunda Alevín. Con empate a dos y a falta de cinco minutos para el final, el entrenador visitante mandó a su jugador fallar un penalti que para él no había sido justo. Un gesto de deportividad que se llevó las felicitaciones de los padres, del equipo rival y del árbitro.

El Nuevo Boadilla, penúltimo clasificado del Grupo 17 de Segunda Alevín de fútbol 11 de Madrid, visitó el pasado sábado 20 de enero el campo del AD Codec, colista de la liga. Con el 2-2 en el marcador y a falta de cinco minutos para el final, el árbitro pitó penalti a favor del equipo visitante por una acción involuntaria dentro del área.
Un jugador del Codec cogió la pelota con la mano dentro de su área pensando que el árbitro había pitado falta. En cuanto se dio cuenta de lo que había hecho, el pequeño se echó a llorar pensando que su despiste le iba a costar a su equipo el primer punto conseguido en la temporada.
Sin embargo, César Ruiz, entrenador del Nuevo Boadilla, reaccionó rápidamente y mandó a su jugador fallar el penalti. El propio técnico cuenta lo sucedido a este medio: “Hubo una melé en el área y un niño cogió la pelota con la manos. El chaval se puso a llorar y tomé la decisión de decirle a mi delantero que lo tirara fuera porque entendía que no eran formas de ganar un partido”.
A Rafa, encargado de lanzar el penalti, le costó un poco entender esa decisión: “Es el jugador más competitivo del equipo y se lo tuve que decir tres veces, pero me hizo caso”. El pequeño acabó el partido llorando porque no comprendía esa decisión y César explicó sus razones a todo el equipo. “Si hubiese sido al revés, os habría gustado que ellos hubieran hecho lo mismo. Somos el Nuevo Boadilla y los valores que transmitimos son esos. Además, son los que a mí me enseñaron desde pequeño y son los que os debo transmitir”, explica el técnico.
Después de la explicación, los pequeños de 11 años acabaron entendiendo la decisión de César: “Todos me dijeron que aunque no habían ganado se iban muy contentos por el partido”. La mayor satisfacción para un entrenador ya que ése es precisamente uno de los principales objetivos del deporte base.
Tanto los padres de su equipo, como el entrenador rival e, incluso, el árbitro, felicitaron a César por ese gesto de deportividad: “Me dieron las gracias por los valores que estoy transmitiendo a los chavales, el entrenador rival me abrazó y me dio las gracias, y el árbitro me dijo que le gustaría que hubiera un apartado en el acta para este tipo de gestos porque en todo el tiempo que él lleva arbitrando no lo había visto nunca”.
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